Bad Lamp

Antoni Arola

Luminaria experimental

2001

Fotografías
Carme Masià
Laia Roviras

Se trata de un pequeño foco emplumado de carácter lúdico, realizado a partir de un volante de bádminton, esta luz ha fue autoeditada en Estudi Antoni Arola.

Bad Lamp | Luz | Estudio Antoni Arola
Bad Lamp | Luz | Estudio Antoni Arola
Bad Lamp | Luz | Estudio Antoni Arola
Bad Lamp | Luz | Estudio Antoni Arola
Bad Lamp | Luz | Estudio Antoni Arola

Un pequeño foco emplumado de carácter lúdico, realizado a partir de un volante de bádminton. Resulta muy práctico en situaciones que requieran emplazar un punto de luz entre las sombras. Como un ready-made de Marcel Duchamp la Bad Lamp resulta una lamparita simpática, económica y eficiente. “Todo comenzó cuando compré un juego de bádminton, con el que jugábamos en nuestro estudio en momentos de mucho estrés. Al sorprendernos por la filigrana del volante y movidos por nuestra afición a poner bombillas en cualquier sitio, acabó convirtiéndose en una lámpara” (Antoni Arola). Su largo cordón eléctrico permite colocarla a voluntad ya sea con una intención práctica o simplemente por placer.

Bad Lamp | Luz | Estudio Antoni Arola
Bad Lamp | Luz | Estudio Antoni Arola
Bad Lamp | Luz | Estudio Antoni Arola
Bad Lamp | Luz | Estudio Antoni Arola

"Reencontrar un objeto, mirarlo, verlo, pensarlo, admirar a quién lo inventó (¡sin duda un inglés con mucho tiempo!). Una filigrana de artesanía, una auténtica maravilla para nuestros pobres ojos tecnológicos. La verdad es que un día las estuve buscando y las encontré: aún se fabrican las pelotas de bádminton tradicionales con plumas de verdad. ¡Pelotas con alas! Compré un kit completo de esos maravillosos artículos en extinción y los guardé en el estudio para los momentos de estrés. Eran de una belleza casi intolerable porque resultaban sencillamente frágiles y delicados y, además, tenían la virtud de no romper nada. Pensé en mandarlos a clientes y a colegas por Navidad, porque creía que valía la pena compartir tal descubrimiento. Como no podía ser de otra manera, un día acabé poniéndole una bombilla a una de las pelotas. La luz era tenue, casi inexistente, pero el objeto resultó ser un punto de luz mágico. Jordi Miralbell lo vio en el estudio y me preguntó si lo queríamos producir. A priori me sorprendió un poco, pero finalmente... aquí está, nuestra Badlamp, nuestra lámpara de bádminton a medida y también, eso sí, ¡con Santa luz!"

Antoni Arola